Un reto fuera de serie

Los colibríes (también llamados picaflores o chuparrosas) parecen haber sido diseñados específicamente para desafiar a la evolución. Los ornitólogos se han maravillado por años de sus delgadas alas las cuales pueden batir a una velocidad increíble de 80 aleteos por segundo.  Estas alas les permiten suspenderse en el aire cerca de plantas que no son capaces de sostener el peso de la pequeña ave. Ahora, los evolucionistas tienen otra maravilla que explicar: cómo es que el colibrí se hizo de un pico tan versátil.

El pico en forma de popote del colibrí es excelente para extraer el néctar de las flores, pero estas aves necesitan ingerir otro tipo de alimento para poder dar suficiente energía a sus alas. En un día promedio un colibrí necesita consumir 300 moscas frutales o insectos similares. Mientras que un popote pareciera ser el peor instrumento para esta tarea, un grupo de investigadores ha descubierto que el pico del colibrí es sorprendentemente versátil.

A diferencia del pico de cualquier otra ave, el hueso del pico inferior del colibrí está diseñado para flexionarse de una manera plana casi como una tabla de surfear. Este efecto permite al pico ensancharse en su parte inferior para crear una superficie más amplia que le permite atrapar insectos en pleno vuelo. Al estudiar el comportamiento de este diseño inusual, los investigadores descubrieron otra característica maravillosa: el pico tiene la capacidad de cerrarse en menos de una centésima de segundo. Cuando el hueso alcanza su máximo estiramiento, la energía almacenada se libera rápidamente en un efecto de resorte provocando que el pico se cierre inmediatamente.

Esta es la primera vez que un diseño de cierre-captura, empleado por la famosa planta Venus come moscas, se observa en un animal vertebrado. No importa cuántas veces busquen los evolucionistas desacreditar las obras del Creador, la creación siempre pone todo en la perspectiva correcta mostrando la maravillosa mano de su Creador.

Answers Magazine. Vol. 7. No. 1. Enero- Marzo 2012. Pag. 13.

http://www.sciencedaily.com/releases/2011/07/110719121356.htm