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PERFECTO REPOSO

Dvid Wilkerson

Existe un lugar en Cristo donde no hay ansiedad por el futuro. En este lugar, no hay temor de que pueda venir una súbita calamidad, o aflicción, o desempleo. No hay temor de hombre, de fallas, o de perder el alma. Este lugar es uno de total confianza en la fidelidad de Dios. El escritor de Hebreos lo llama el lugar del reposo perfecto.

Esta clase de reposo perfecto fue ofrecido a Israel. Pero la duda del pueblo y su incredulidad los mantuvo fuera del reposo de Dios: “…y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de incredulidad.” (Hebreos 4:6). Los Israelitas vivieron en constante temor y espanto, siempre esperando que suceda la próxima crisis. Como resultado, estuvieron desolados en sus pruebas.

Si Israel hubiera entrado en este reposo, la obra de Dios en su pueblo podría haber sido completa. Pero debido a que no fue así, el Señor continua buscando en cada generación a un pueblo que entrará: “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (Hebreos 4:9).

Dios nos está diciendo, “Esta oferta de reposo es para ti hoy. Todavía existe un lugar en Mí donde toda duda y temor ya no existen. Es un lugar donde estarás preparado para cualquier cosa que pueda venir”. Por consiguiente, Su Palabra nos insta: “Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado” (Hebreos 4:1).

Hoy, multitudes del pueblo de Dios nada conocen del reposo en Cristo. Mientras leen los horribles reportes en las noticias diarias, reportes de tragedias, calamidades y muertes, se llenan de temor y espanto, y su oración constante es: “Oh, Dios, por favor no me quites a uno de mis seres queridos. Nunca podría sobreponerme al dolor”.

Sin embargo, si descansas en el Señor, no sucumbirás a esta clase de temor. No caerás en pánico o miedo súbito cuando seas golpeado por una crisis inesperada, y no perderás la esperanza, acusando a Dios de haberte traído esos problemas. Si, soportarás el dolor que es común a cada ser humano, pero, tendrás reposo en tu alma, porque sabrás que Dios tiene el control de todo lo que te concierne.


HORIZONTE INTERNACIONAL

Mike MacIntosh

Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que aman orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en secreto te recompensará. Y al orar, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oídos por su palabrería. Mateo 6:5-7

Cuando oramos debemos presentarnos delante de Jesús así como somos, sin tratar de impresionarlo.   Él nos acepta como somos y quiere lo mejor para nosotros. Se preocupa por tu corazón y por qué seas conformado(a) a su imagen.

En vez de ponernos en una esquina para llamar la atención Jesús dice que entremos a nuestra habitación, que cerremos la puerta y que nuestro Padre nos recompensará. Esto quiere decir que tomes un tiempo sin interrupciones para que puedas pasar tiempo con él. Sin teléfono, móvil y televisión podrás decirle exactamente lo que hay en tu corazón y acerca de tus necesidades.

Estad siempre gozosos. Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:16-18

Debemos tener un tiempo para orar sin interrupciones pero la Escritura nos dice también que oremos constantemente. Esto significa que puedes orar cuando estás surfeando o tomando un paseo por la playa. Jesús no está diciendo que oremos solamente en nuestra habitación pues también podemos orar en voz alta con nuestros amigos.

En mi tiempo de oración es cuando he sentido la presencia del Señor de manera más rica durante mi vida. Estoy absorbiendo más las cosas de Dios. Dios me llama a la oración muchas veces cuando él quiere decirme algo y me contesta cuando estoy en la intimidad de mis tiempos de oración. Me pregunto: ¿tienes un tiempo solo(a) con él?


ACCESO ILIMITADO

David Wilkerson

Repentinamente, en un momento glorioso, Jesús proveyó acceso total, ilimitado al Padre. La Biblia dice que en el Gólgota, en una cruz manchada de sangre "Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu. Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo" (Mateo 27:50-51).

Al momento de la muerte de Jesús, el velo del templo en Jerusalén fue literalmente rasgado. En ese momento se selló nuestro destino. En el instante que nuestro Señor entregó Su espíritu, se nos dio acceso total e ilimitado al Lugar Santísimo: "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne" (Hebreos 10:19-20).

El rasgado del velo fue una representación de lo que ocurrió en el mundo espiritual. Finalmente, podíamos disfrutar de algo que no pudieron lograr por generaciones. Tuvimos el privilegio que aun Abraham, Moisés y David no tuvieron. Tenemos acceso al Lugar Santísimo, al mismo trono del Dios Todopoderoso. Ya la puerta no está cerrada para nosotros. Se hizo posible tener acceso ilimitado.

Más aun, con Su muerte, Jesús se convirtió en nuestro sumo sacerdote. Él subió a la Nueva Jerusalén, a un templo no hecho por manos. Allí tomo el papel de sumo sacerdote. Caminó directamente a la santa presencia de Dios y, con el incienso de Sus propias intercesiones, presentó Su sangre en el propiciatorio. Entonces se sentó a la derecha del Padre, con todo poder, fuerza y gloria.

En ese punto, Jesús reclamó Su derecho de pacto de recibir en un cuerpo espiritual a todo el que se arrepienta y le reciba como Señor. Y envió al Espíritu Santo para convocar a Sus hijos: "He abierto la puerta al Padre. Ahora eres acepto simplemente por estar en Mí por fe. Así que te puedes acercar confiadamente al trono. Te llevare a la presencia de Mi Padre, quien ahora es tu Padre. Tienes acceso ilimitado a Él, día y noche".


EL COMIENZO DE SU MINISTERIO

Gary  Wilkerson

En Juan 2, Jesús entra al templo y realiza una acción que marcará el comienzo de su ministerio público. (El milagro que realizó antes en Caná, convirtiendo el agua en vino, no era una declaración pública.) Lo que ocurre después es bastante dramático:

“Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.” (Juan 2:13-17).

Lo que Jesús hizo aquí fue más que radical. Si tú quisieras anunciar tu ministerio. ¿Irías a una mega iglesia y comenzarías a dar vuelta las mesas y a echar a la gente? Jesús estaba dispuesto a algo más que solo mostrar su autoridad, estaba demostrando que estaba a punto poner las cosas al revés en todos los sentidos.

Todo esto ocurrió durante la temporada de Pascua. En la primera Pascua, las familias judías tenían que matar un cordero como sacrificio ritual, drenar la sangre y aplicarla en el marco de la puerta de su casa. La idea era que cuando el ángel de la muerte llegara y viera la marca de la sangre en la puerta, pasaría por sobre esa casa. Era un acto simbólico que recreaba la liberación de Dios al salvar a Israel de Egipto, cuando liberó a su pueblo de toda esclavitud.

Ahora Jesús entraba en escena como el Cordero de Dios cuyo sacrificio proporcionaría nuestra liberación de la maldición del pecado. Juan el Bautista era consciente de esto, ya habiendo declarado de Él: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). En menos de tres años, el mundo contemplaría la obra terminada de Cristo cuando el pecado de toda la humanidad fue puesto sobre él.


Regalos Sorpresa

David Jeremiah

Quedaron asombrados de que el don del Espíritu Santo se hubiera derramado también sobre los gentiles. Hechos 10:45

La historia personal de C. S. Lewis en "Sorprendido por la Alegría" relata su viaje hacia la fe en Cristo.  El título refleja lo que descubrió: le sorprendió el gozo que sintió al recibir el don gratuito de la salvación.  No había descubierto que la alegría fuera resultado de la fe. 

La Biblia contiene muchos ejemplos de cómo Dios sorprende a las personas.  El apóstol Pedro recibió con sorpresa la noticia de que Dios tenía por intención ofrecer la salvación por medio del don del Espíritu Santo a los gentiles, además de a los judíos (Hechos 10).  Y todo cristiano que entienda de veras la misericordia y la gracia de Dios ha de sentir asombro ante el perdón que Dios ofrece en Cristo. 

Que fuéramos aceptados, en lugar de ser rechazados, ante la presencia de Dios s quizá su más grande sorpresa para nosotros.  Sabiendo lo lindas que son las sorpresas, ¿ha sorprendido a alguien últimamente con un regalo de gracia, aprecio, ánimo o perdón?  Ofrézcale hoy a alguien el placer de la sorpresa de un inesperado regalo de amor de su parte.

Mientras más conozcan nuestros defectos los demás mucho más significado tienen los regalos sorpresa que recibimos de ellos.